Resortes: Son componentes que se encargan de absorber las vibraciones y choques del terreno alrededor del vehículo. Hay varios tipos de resortes, como los resortes de hojas, los resortes helicoidales y los resortes neumáticos, que se utilizan en diferentes tipos de vehículos.

Amortiguadores: Son componentes que se montan junto a los resortes y que reducen la oscilación de la suspensión. Estos dispositivos convierten la energía cinética de la suspensión en calor, disipando así la energía que se acumula cuando la suspensión se mueve.

Barras estabilizadoras: Son piezas de metal que conectan los lados izquierdo y derecho de la suspensión delantera y trasera. Su función es minimizar el balanceo del vehículo en las curvas.

Brazos de control: Son componentes que se unen al chasis del vehículo y conectan las ruedas a la suspensión. Hay diferentes tipos de brazos de control, como los brazos oscilantes y los brazos triangulares, que se utilizan en diferentes sistemas de suspensión.

Bujes: Son piezas de goma que se utilizan para conectar los componentes de la suspensión entre sí y con el chasis del vehículo. Su función es amortiguar las vibraciones y reducir el ruido.

Articulaciones esféricas: Son piezas metálicas que se utilizan para conectar los brazos de control a la suspensión y a las ruedas. Su función es permitir que los componentes de la suspensión se muevan en diferentes direcciones.

En resumen, la suspensión de un coche es un sistema complejo que se compone de varias piezas y componentes que trabajan juntos para proporcionar una conducción suave y segura. Cada uno de estos componentes desempeña un papel importante en la absorción de vibraciones y choques, permitiendo que las ruedas permanezcan en contacto con la superficie de la carretera.